La indiferencia también mata, Debanhi no es la única

Rosario Rojas | Volcanes Multimedios.

 

Nacional.- Durante la búsqueda de Debanhi Escobar, joven desaparecida en Nuevo León, se hallaron al menos cinco cuerpos de mujeres en distintos lugares del estado, quienes también se mantenían bajo el perfil de «no localizadas» en los primeros días de Abril.

Si bien se encontró a esta joven, muchos centraron su atención total en ella, dejando de lado y mostrando su indiferencia ante los demás casos. La mayoría de usuarios en redes sociales compartían estas noticias con la descripción «no es Debanhi», minimizando nuevamente la situación que aqueja a todas las mujeres día con día. Si era ella o no, las mujeres localizadas también tenían familia y el porcentaje de un «cierre de carpeta» es sumamente alto. 

La Comisión Local de Búsqueda informó que cinco mujeres con reporte de desaparición, cuatro de ellas menores de edad, fueron encontradas sin vida. Siguiendo el comunicado publicado por esta Institución, se indicó que las cinco mujeres fueron encontradas en un lapso de 24 horas, entre las 19:00 horas del martes y las 19:00 horas del miércoles.

Se trata de Irlanda Marcela Ramírez de 14 años de edad y había sido vista por última ocasión el 19 de abril en García. Ese mismo día se reportó la desaparición de Ingrid Guadalupe Castillo Ríos, de 15 años, menor que perdió contacto con su familia en Escobedo. Brisa Anahí Porras Cerda, de 16 años, así como Jenifer Nicool Almaguer Vargas, de 14 años, quienes habían desaparecido el 16 de abril en Monterrey; además de Irma Hernández Cruz, de 19 años, no había sido localizada desde el 15 de abril.

Según cifras de la Fiscalía General de Justicia cerca del 10 por ciento de mujeres desaparecidas no han sido localizadas en lo que va del 2022.

Colectivas Feministas y Defensoras de los Derechos Humanos hemos mostrado molestia ante la situación presentada desde el inicio de esta búsqueda, donde principalmente se culpó a las amigas de Escobar por haberla «abandonado» aun con un exceso de alcohol en su sistema. Sin embargo, se recalca que el grado etílico o carente de consciencia no es razón suficiente para ser agredidos, estando solos o acompañados. 

El miedo de ser el siguiente boletín de búsqueda se ha expandido durante todo el país, un país donde la gente revictimiza a las víctimas, familiares y cercanos, quitando total responsabilidad del verdadero agresor de cada mujer.

El dato más cruel y arrojado durante esta semana apunta que 1 de cada 3 mexicanos culpan a las amigas, a la madre, padre e incluso a la misma Debanhi de su propia desaparición y probable feminicidio. El discurso perfecto para la impunidad y la injusticia vivida diariamente en el país.

Muchas mujeres apuntan que este caso en específico se hizo tan viral entre hombres debido a que las «responsables» somos las mismas mujeres, dejando en claro que «jamás serían malos amigos como las de Debanhi», quienes no se sabe si tienen algo que ver y que, lamentablemente, cargarán con la culpa sin ser responsables de nada.

La molestia es evidente, pues nuestro país no nos busca y deja que la tierra trague nuestros cuerpos debido a su sistema ineficiente de protección y justicia. El México libre y soberano que dice ser, no tiene nada de este título. 

Familiares y amigos se encargan de la localización de sus desaparecidas porque nuestras instituciones de seguridad no realizan su trabajo correspondiente y cuando se nos encuentra, somos culpadas de que la vida haya sido arrebatada de nuestras manos.

¿En qué momento comenzarán a culpar a los verdaderos responsables? No se trata de una lucha entre gente buena o mala, se trata de gente que arrebata la vida de las mujeres por ser mujeres, por decir no, por ser libres. 

Las mujeres pasan la vida cuidándose, cuidando a otras, pensando en cómo se deben hacer las cosas para que la siguiente no sea una conocida, amiga o nosotras mismas. Ellos son los responsables de llevarse nuestros suspiros.

Año con año se marcha exigiendo justicia y derechos por nosotras, porque no queremos más mujeres desaparecidas, no queremos más casos de feminicidio; porque si mañana es una madre, una hija o una hermana, se queda en el olvido. ¿Es tan complicado ver la realidad de todo? ¿Qué pasa con la indiferencia que se vive? El que no lo vivas, no significa que no existe.

Que la vida nos libre del machismo para estar sanas y salvas, con o sin «malas amigas».

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