Pese a obstáculos, Arévalo asume presidencia de Guatemala tras tumultuoso camino

En una sesión legislativa retrasada por más de tres horas, Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala. Desde su elección en agosto, enfrentó oposición de partidos de derecha y del oficialismo. La sociedad guatemalteca esperaba con incertidumbre la instalación de la décima legislatura, esencial para la toma de posesión. Manifestantes se congregaron en el Congreso ante lo que parecía un intento de boicot por parte de la oposición.

Violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes contrastaron con los llamados diplomáticos, como el del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, instando al Congreso a cumplir su mandato constitucional. Arévalo, antes de dirigirse al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, expresó su compromiso contra la corrupción.

La conformación de la Junta Directiva prolongó la investidura debido a la situación de los asambleístas de Semilla, quienes, tras votar un acuerdo para restituirlos como grupo parlamentario, retrasaron los protocolos. A las 10:15 de la noche, la planilla presidida por Samuel Pérez obtuvo los votos necesarios.

A las 10:40 de la noche, el expresidente Alejandro Giammattei entregó las insignias de mando al Congreso y explicó su ausencia en la sesión solemne debido a los retrasos. Los 160 diputados fueron transportados al Teatro Nacional, donde se tomó la protesta a Arévalo, marcando un evento inédito el 15 de enero.

Arévalo, finalmente, se reunió con multitudes en la plaza central de la capital para celebrar el inicio de su gobierno, vigente hasta 2028.

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